
Un claro ejemplo lo tenemos en el personaje Edward Cullen (Crepúsculo), un vampiro, manipulador, obsesivo, compulsivo y abusivo. Tanto así, que ha logrado que lectoras en todo el mundo hayan confundido el abuso, la dependencia y el sufrimiento con el amor, cuando en realidad describe una relación enfermiza y empalagosa.
Sus acciones, repetidamente demuestran una mentalidad peligrosa de dependencia y control, primeros signos de alerta de la VIOLENCIA DE GÉNERO. Tanto en las novelas como en las películas, encontramos numerosos ejemplos de:
- CELOS: los celos no tienen nada que ver con el amor. Los origina el deseo de posesión, junto con la falta de confianza.
- AISLAMIENTO Y CONTROL: los celos son una técnica de control, a menudo unida a forzar un aislamiento de los amigos y familia de la pareja.
- EL ABANDONO: amenazar con abandonar a alguien, cuando has conseguido aislarlo de su familia y amistades, es otra táctica de control. Si abandonas a alguien en el momento adecuado, puedes convencer al otro de que su vida vale menos sin el abusador.
- COMPORTAMIENTO POSESIVO: “quiero que el mundo sepa que eres mía y de nadie más”… hay poco más que decir, ¿no?
En definitiva, no confundáis obsesión, sufrimiento y control con amor. No dejéis que nadie os impida tomar vuestras propias decisiones. Nadie merece tanto la pena.
Y como el tema es bastante serio, vamos a terminar con un poco de humor...
Adaptado de:
En el caso de Crepúsculo podrías tirar más del hilo y sacar una anotación relacionada con las peleas entre "machos" por decidir quién se queda con la "hembra" sin preguntarle del todo lo que opina.
ResponderEliminarMuy buena observación, Tito.
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